
El tema del post que voy a desarrollar en las líneas siguientes es bajo mi punto de vista de una importancia capital en la sociedad mediática de este siglo XXI. Nuestra relación con los medios de comunicación es de una intensidad notable, siendo en muchos casos, la única relación para recibir información, cultura o entretenimiento.
En la segunda mitad del siglo XX se ha ido configurando una actividad destinada a servir como una pedagogía de los medios audiovisuales. La gran influencia que tienen actualmente éstos a la hora de formar las percepciones de la ciudadanía sobre la realidad exige un conocimiento preciso del modo de funcionar de los media. Es aquí donde la educomunicación tiene su campo de acción.
Jordi Torrent y Roberto Aparici abordan este campo de actuación en unas charlas mantenidas a distancia y que se pueden leer en la página Un minuto por mis derechos. Hablan sobre la introducción de la educomunicación en las escuelas, su función social y las desalentadoras consecuencias de no potenciarla lo suficiente. El análisis que exponen sobre la situación actual me parece bastante acertado. Nuestra exposición a los medios audiovisuales es muy alta y la protección frente a ellos es escasísima cuando no ausente. Considero al igual que estos dos autores que es clave incorporar la educomunicación o Media Literacy Education (como es conocida en los países anglosajones) para que dote a los públicos de hoy en día de unos conocimientos útiles sobre esos medios.
Pienso que una sociedad democrática y plural que pretenda serlo en toda su extensión debe tener las herramientas adecuadas para lidiar con los actuales medios de masas. No sólo la posibilidad de utilizarlos como ocurre en Internet es suficiente. La gente tiene el derecho y el deber de formarse convenientemente y poder expresarse a través de los media. Reproducir las actividades de estos es un gran error, ya que ellos tienen unos intereses económicos e ideológicos que no podemos reforzar. Buscan una mantener una posición hegemónica en la sociedad a la que el ciudadano ha de resistirse. Es la educomunicación la tabla de salvación del pueblo.
Debemos ser conscientes de la importancia de entender bien el funcionamiento de los procedimientos audiovisuales. Sólo así podremos hablar con propiedad de una sistema democrático, plural y libre. Es la idea general que tengo y que comparto con Jordi Torrent y Roberto Aparici.
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